Las flores de mamá

Papá se marchó en invierno. Ahora es primavera y mamá se ha vuelto más cuidadosa desde que estamos solos. Ya no se cae tantas veces por la escalera. Tampoco llora casi, y le he preguntado por qué:

–Mami, ¿por qué antes llorabas y ahora no?

–Pues…

Mamá es un poco despistada y se ha quedado pensando, así que le he ayudado.

–¿Es que te daban alergia las flores que te regalaba papá? –Antes de irse, papá traía muchas veces ramos de rosas blancas para mamá.

–¡Qué niño tan listo tengo! –A mamá le han empezado a brillar los ojos, pero ya no hay flores y no ha llorado–. Lo has adivinado, Ángel.

Me ha dado un abrazo, y por poco me estruja. Menos mal que han llamado a la puerta y me ha soltado para abrir. Es mi tita Loli. Antes no venía por casa, pero ahora se pasa muchas veces y le pregunta a mamá que cómo estamos. A mí me divierte porque es otra despistada. Estamos muy bien. ¡Si ya hace meses que mamá no tropieza con los muebles!

***

Todos dicen que he dado un estirón y que ahora, con las vacaciones de verano, seguro que crezco más. Mamá tiene mucho trabajo y he estado quince días en casa de la tita Loli. Me lo he pasado muy bien y cuando he vuelto a mi casa mamá y la tita se han peleado por algo. Espero que hagan pronto las paces, porque no quiero que sea como cuando papá estaba en casa, que la tita no venía, y yo la echaba de menos. De todos modos ya mismo empieza otra vez el cole y volveré a ver a mis amigos.

***

Cada vez que llaman a la puerta voy corriendo a abrir por si es mi tita, pero ha dejado de venir a visitarnos. Casi siempre es Juan, un amigo de mamá. Ya estamos en otoño, hace unos días empezó el colegio, y Juan viene algunas veces con ella cuando me recoge al salir de clase. Y la otra noche me levanté porque estaba lloviendo y me entraron ganas de hacer pis, y creo que a Juan se le olvidó su paraguas, porque lo vi dormido en el cuarto de mamá. Seguro que ella lo invitó a quedarse a dormir para que no se mojara. La cama de mamá es más grande que la mía, y ahí caben los dos, como cuando estaba papá.

***

Mamá empieza a tener otra vez alergia. De vez en cuando le veo la punta de la nariz muy roja y los ojos brillosos. Y a lo mejor no ve bien, porque creo que anoche chocó otra vez con la puerta del baño. También tiene a veces la cara muy sonrosada, aunque otras veces le salen manchas amarillas o moradas.

El otro día pasó una cosa curiosa. Juan, que ahora vive con nosotros y tiene llave de la casa, entró sin hacer ruido en la cocina.

–¡Sorpresa!

Mamá y yo nos dimos la vuelta. Ella estaba preparando un asado y tenía la cara roja porque acababa de abrir el horno. Y cuando vio el ramo de rosas blancas que traía Juan, se puso de golpe igual de blanca que las flores, aunque sonrió enseñando todos los dientes. No sé cómo hace mamá para que su cara tenga tantos colores diferentes. Igual se lo pregunto un día de estos.

***

Hoy he tenido una sorpresa a la hora del recreo. Me ha llamado mi profe para que fuera al despacho del director, y allí estaba la tita Loli con dos policías muy simpáticos que me han estado preguntando muchas cosas. Yo quería volver al recreo para presumir delante de mis amigos, pero no me han dejado acabar la clase. Me he ido con la tita a su casa, y ella me ha dejado con el tito y se ha marchado con los policías.

He pasado varios días en la casa de mi tita. El tito y ella hablan mucho conmigo. Me han dicho que mamá ha tenido un accidente y que hoy vamos a ir a verla al hospital. Yo les he contado que otra vez vuelve a despistarse bastante y que cuando está sola se cae cada dos por tres, y los titos se han mirado a la cara muy serios. La tita también debe tener algo de alergia, porque los ojos le han empezado a lagrimear. Me han dicho que no me asuste cuando vea a mamá, y les he prometido que seré valiente. He cogido el abrigo, porque estamos en invierno y hace frío, y hemos ido al hospital.

Mamá estaba en una cama. Tenía la cara y el cuello con más colorines que nunca. Cuando he entrado en la habitación ha abierto los brazos y yo he ido corriendo a darle un achuchón.

–Dentro de dos días me dejarán volver a casa, Ángel. ¡Te quiero mucho, mi niño! Ya verás que navidades más buenas vamos a pasar.

***

Creo que la tita Loli ha encontrado trabajo porque ya no viene a casa casi nunca. Aunque ha empezado el cole, la echo de menos. Y supongo que mamá también se siente un poco sola y por eso ahora viene algunas veces a casa con un amigo nuevo.

Tengo ganas de que la tita Loli pueda venir un día, porque mamá siempre se vuelve distraída cuando no estamos los dos solos y quiero preguntarle a la tita como podemos ayudarla para que no se lastime cada dos por tres.  El amigo nuevo me caía bien al principio, pero ayer le regaló flores a mamá y ya no me parece tan simpático.

Le he dicho a mamá que le cuente que las flores le dan alergia, pero ella me ha dicho que me quede calladito. Como soy bueno le haré caso, pero ojalá la tita venga pronto. Porque cuando a mamá le entra la alergia, yo siempre acabo muy triste. Como en invierno.

Adela Castañón

Imagen de _Alicja_ en Pixabay

11 comentarios en “Las flores de mamá

  1. Carmen Romeo Pemán dijo:

    ¡Adelaaaaa! Estás que te sales. No sabía si estaba leyendo a Adela Castañón o a Miguel Delibes en «El príncipe destronado». Que bien has pillado el tono del niño. Te has metido en su piel y nos has transportado a su mundo.
    Además, nos presentas el drama de una mujer maltratada desde unos ojos inocentes. ¡Qué impacto! Muy bueno.

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  2. Curro Jimenez dijo:

    Adela, enhorabuena otra vez. Eres increíble. Hasta lo más sórdido, desalmado, cruel, atroz e inhumano tu arte literario lo convierte en una inocente sonrisa y este relato es una prueba de ello. Te vas superando relato a relato. Y ya casi no me quedan palabras ni adjetivos «admirativos» para comentar tus escrito. Un beso enorme escritora. (Y por la coma donde quieras)

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  3. Caridad Petri dijo:

    No sabía del tema a tratar y la curiosidad ha ido creciendo a través de los ojos del niño hasta convertirse en estremecimiento… y finalmente frustración. Hace falta aún mucha educación emocional para entrenar y reforzar la autoestima. No dejes de seguir haciéndonos disfrutar de tu don, Adela. Gracias.

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