Mis protagonistas y Terry Pratchett

Cuando era pequeña, solía asaltar la biblioteca de mi hermano mayor. Él tiene trece años más que yo pero, de los cuatro vástagos Campos, era al único al que le gustaba leer tanto o más que a mí. Por eso, cuando se acababan mis libros, iba a su cuarto y le preguntaba cuál me podía dejar. Imagino que no le debió resultar fácil encontrar lecturas adecuadas para una cría. Aún así, siempre lo conseguía.

Un día, me dio un libro que se llama Ritos Iguales. Y ahí empezó todo.

Álex, creo que no eres consciente de lo que hiciste por mí ese día, así que aprovecho para agradecértelo y explicártelo con este post. Y, a todos los demás, también.

El libro que lo empezó todo

Ritos iguales es la tercera novela de la Saga Mundodisco de Terry Pratchett. El título original, Equal Rites, suena como “Equal Rights”, es decir, igualdad de derechos.

Creo que, con esto, ya se ve por dónde por dónde va la cosa. Pero os voy a hacer una pequeña sinopsis del libro para entendáis la intencionalidad del título.

Imaginaos a un mago que se está muriendo. Su instinto le dice que, no muy lejos, ha nacido un octavo hijo de un octavo hijo. Un posible sucesor. Camina por el bosque hasta que da con él y le da su cayado segundos antes de morir. No se da cuenta de que el bebé es una niña hasta que es un espíritu. Y, ups, existen magos, pero no magas.

Afortunadamente, esa criatura tiene a su lado a Yaya Ceravieja, una bruja que la instruye como tal. Sin embargo, la vieja pronto es consciente de que la magia de la niña es diferente a la suya, por lo que decide llevarla a la Universidad Invisible, donde estudian los hombres para ser magos.

Soy consciente de que muchos piensan que una historia de brujos y magos es infantil. Y sí, puede serlo. Pero si dejamos a un lado el esnobismo típico de la crítica literaria y nos enfrentamos al libro, nos encontramos con una novela satírica y profunda que utiliza elementos fantásticos para explicar el mundo.

Al acabar esta historia, decidí que Terry Pratchett sería mi autor favorito. Hoy sigue siéndolo, y lo será hasta que me muera. Pronto sabréis por qué.

Las historias de mi infancia

Dejemos en el arcón de nuestra memoria a esa Carla preadolescente con Ritos iguales en las manos y demos un salto al pasado. Vamos a buscar a la Carla de cinco, seis, siete años.

A mini Carla le gustaba ver en bucle películas de Disney, como Merlín o Robin Hood. Para quien no las haya visto, son dos clásicos de dibujos animados. En la primera, un jovencísimo Arturo arranca la espada de la roca y Merlín le ayuda a convertirse en Rey. En la segunda, un zorro, Robin Hood, roba el oro del Rey para dárselo a sus amigos, los pobres.

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Eran las películas favoritas de mini Carla. Quería ser como ellos eran: valientes, luchadores, ¡magos! Y, a veces, se preguntaba por qué no había niñas que pudieran sacar espadas de piedras y robar a reyes. Así que se desquitaba jugando a Pressing Catch con otro de sus hermanos, pero ese es otro tema.

Y ahora, volvamos a mis doce años

Hasta ese momento, las mujeres activas eran la excepción en mi pequeño y limitado mundo. Puedo recordar a Pipi Langstrum, La Bruja novata y Mery Poppins. Nada más. Aún así, no sé por qué, eran figuras que no me dejaron una huella tan profunda para querer ser como ellas. A mí me gustaban Goku, un niño extraterrestre, con cola de mono, que tenía muchísima fuerza y podía ganar cualquier pelea, y el Príncipe Ali, de Aladdin. Eran personajes divertidos, con una personalidad arrolladora y que salvaban a todo el mundo. ¿Por qué iba a fijarme en niñas que cantaban a los pajaritos cuando podía ser como ellos?

Y de repente, ¡boom! En mis manos tenía la historia de una niña de mi edad, que hasta se parecía a mí en lo físico. Y que hacía magia. Y era tan poderosa y lista que el destino de su mundo dependía de ella. Y que tenía a otra mujer, también muy inteligente y fuerte, como guía.

Mi sueño hecho realidad, joder.

Merece la pena leer a Terry Pratchett desde muy jóvenes

Con esa primera lectura, me interesé en el señor que era capaz de crear una historia tan profunda alrededor de una niña como yo. Por eso, cada vez que Plaza y Janés publicaba un libro de la Saga del Mundodisco, corría a la librería con mi semanada para comprarlo. Después, con mi sueldo. Y ahora tengo la colección entera en papel y en ebook para releerla cada vez que me apetece, que es siempre.

Porque Pratchett es un escritor con la capacidad de hacerte pensar y reír a la vez.

Con sus páginas, he meditado sobre la muerte, la guerra, la democracia, la igualdad entre hombres y mujeres, el racismo, y un sinfín de temas más. Y todo, gracias a una prosa ágil y única, que me encantó con doce años pero que entendí siendo ya adulta.

La representación importa

Es muy triste pensar que, a mis doce años, era la primera vez que me sentía identificada con un personaje de una historia. ¡Y qué historia! Mi hermano, seguramente sin quererlo, me había dado a conocer un mundo nuevo: un mundo en el que las niñas podían decidir qué querían ser, tenían el derecho de luchar por hacerse un hueco en un mundo que no las quería y demostrar lo importante que era, para todos, que estuvieran ahí. Imagino que él pensaría que ese libro me gustaría porque estaba protagonizado por una cría. Y es cierto. Pero fue mucho más que eso. Fue el primer contacto que tuve con el feminismo, aunque yo no lo supiera. Con doce años, lo único que sabía era que yo podría llegar a ser como Eskarina. Si ella había luchado por ser maga y salvar el mundo, ¿qué cosas maravillosas podría hacer yo?

No me podéis decir que no es un ejemplo molón.

Por eso, prácticamente todos mis personajes protagonistas son femeninos. Para que las niñas vean que las mujeres también podemos salvar el mundo, y que, igual que los hombres, lo hacemos cada día. Como Eskarina.

Solo me queda dar las gracias a mi hermano, y decirle al Maestro que espero poder hacer por alguna niña lo mismo que él hizo por mí.

Carla

@CarlaCamposBlog

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Imagen de Josh Kirby en Wikipedia

Los libros son para el verano

El verano es para leer. Y para ir a la playa, o a la montaña. Visitar ciudades o quedarse en casa. Incluso jugar a Pokemon Go. Sin embargo, con eso de que tenemos vacaciones, nos convencemos a nosotros mismos de que, con más tiempo, también tendremos más ganas de hundir la cabeza en alguno de nuestros libros.

 Os confieso que tengo ganas de leer todo el año. Pero no dispongo del tiempo libre que me gustaría, así que el verano es mi pequeño oasis de felicidad entre el sol, el agua, los mojitos de melón y los libros. Por lo general, leo todo aquello que no me ha dado tiempo durante el resto del curso. Y así, pensando en que el verano me sirve para ponerme al día, me pregunté si a todo el mundo le pasaba como a mi. Y, ¿por qué no preguntarlo? ¿cómo?, pensaréis. Pues a través de mi cuenta de Twitter.

Encuesta

Cincuenta y una personas respondieron. ¡Cincuenta y una! Algunos creerán que es poco, pero pensad en todas esas empresas de cosmética que lanzan productos, con los que ganan millones de euros, que están testados por unas veinte personas como mucho. Así pues, creedme, la mía es una buena muestra.

Como veis, Twitter solo me dejaba poner cuatro opciones. Mi intención es aconsejaros algunos libros de cada categoría para lo que queda de agosto. Y que os guardéis el resto para las próximas vacaciones. O para el resto del año. No penséis que voy a sacar el látigo si decidís leéroslos en otoño.

Además, mi gente maja de Twitter me ha hecho recomendaciones, así que las he añadido en el apartado ídem.

Este es un post largo. Os doy permiso para que leáis solo lo que corresponde a vuestra categoría. Así de magnánima soy.

Leer en verano lo mismo de siempre

Hay quien, durante todo el año, mantiene el ritmo sin despeinarse. No en vano, Leydhen me preguntó qué diferenciaba una lectura de junio de una de otra época. Y supongo que la clave está en el lector, no en la lectura: las necesidades no tienen por qué cambiar en verano. Eso sí, quienes han escogido esta opción son pocos: únicamente el 10% de los encuestados mantienen el ritmo.

Así pues, ¿qué le puedo aconsejar a quienes leen lo mismo todas las épocas del año?

Recomendación

No necesitáis ninguna. Es más, quien necesita vuestro consejo soy yo, que no sé cómo lo hacéis. Solo os puedo decir que leáis lo que os salga de las narices, pero que si buscáis salir fuera de vuestra zona de confort, aquí tenéis tres títulos que igual os pueden llamar la atención.

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Dioses menores – Terry Pratchett

Quienes conocen mis gustos saben que no podría haber empezado por ningún otro autor. Mi querido y adorado Terry, que el año pasado decidió ir al paraíso de los orangutanes y dejarnos huérfanos, era un autor inglés de fantasía con un cerebro increíblemente dotado que alguna fuerza miserable decidió robárselo con un Alzheimer muy jodido y peleón.

Es uno de mis libros favoritos y trata sobre Om, un dios que descubre que, aún existiendo toda una estructura eclesiástica encargada de velar por su fe, solo le queda un único creyente. El dios sabe que, cuando ese monje torpe y bonachón muera, su fe y, por tanto, él, morirán. Así, le ayuda a sobrevivir en un escenario peligroso a la vez que intenta recuperar la fe de sus creyentes y el poder que algún día tuvo.

Encontraréis un ensayo sobre religión camuflado entre carcajadas, personajes adorables y una crítica feroz a la jerarquía eclesiástica, entre otras cosas. En mi escala personal tiene un 5 sobre 5, y porque no puede ser un 6 sobre 5. ¡Ah, no!, esperad. Que esta escala es mía. Pues tiene un 6 sobre 5 en mi escala personal. Porque yo lo valgo, pero Terry más.

Guía del autoestopista galáctico – Douglas Adams

Recuerdo que leí esta serie de libros en el 2001, en la Semana Santa del primer año de facultad. Días después, Adams murió y me sentí miserable por no haberlo conocido antes. Bueno, es evidente que no puedo presentároslo antes de su muerte, pero al menos perpetuaremos su nombre para que nunca muera de verdad.

La historia empieza cuando Arthur Dent descubre que van a demoler su casa para construir una autopista. Al enfrentarse a los constructores, que le dicen que el aviso estaba en un sótano del ayuntamiento y que era culpa suya no haberlo visto, aparece su amigo Ford Perfect que lo arrastra lejos de su casa y de su destrucción. Porque Ford es un extraterrestre que recorre mundos para la empresa “Guía del autoestopista galáctico” y que se dedica a escribir reseñas sobre los planetas que visita. Ford sabe que la Tierra también va a ser demolida para construir una autopista galáctica, y en el último minuto consigue ponerlos a salvo a los dos.

Encontraréis humor, toallas, pensamientos profundos y unos personajes que se anclan en el corazón. Y cuatro libros más, que esto es una pentalogía. En mi escala personal tiene un 5 sobre 5. Ya estáis tardando.

Hatshepsut, la Reina misteriosa – Christiane Desroches Noblecourt

Tengo un problema, y es que la Historia me encanta. Especialmente las sociedades clásicas, empezando por el Antiguo Egipto. Y, sin duda, Hatshepsut, como mujer faraón, es un personaje que siempre me ha llamado la atención.

Desroches Noblecourt es una historiadora que, con su libro, hace honor a esta reina-faraón novelando su vida, desde que es una niña hasta que muere, pasando por el momento en el que se inventa que su padre es el propio Dios Amón y, por tanto, merece ser reina por encima de todas las cosas.

Encontraréis historia, pasiones desatadas y ambición. En mi escala personal tiene un 4 sobre 5.

Leer en verano algo ligero

Ay, amigos. Cómo os entiendo a los que habéis escogido esta opción. Hay junios en los que tengo el cerebro tan frito que lo único que puedo hacer es leer algo que no me haga pensar. Una lectura rápida, amena, ágil. Que bastante sufrimos durante el año como para tener, encima, que hacerlo en verano.

Recomendación

Os traigo tres libros ligeros, fáciles de leer, de diferentes temáticas y géneros.

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La Reina Roja – Victoria Aveyard

Una opción socorrida es tirar de YA, es decir, el género Young Adult o Adulto joven, que suele ser lo suficiente fácil de leer como para dejar el cerebro en stand by y seguir la historia sin problemas. Pero no siempre es sencillo, sobre todo si se ha dejado la adolescencia lejos, encontrar un libro que no haga que queramos abofetear al protagonista.

En este caso, La Reina Roja es una novela escrita en primera persona que mezcla distopía, ciencia ficción y fantasía en una misma novela. En un futuro que no sabemos cómo de lejano es, la sociedad se divide en rojos y plateados, estos últimos dotados por una magia que viene dada por el color plata de su sangre. Así, los pobres rojos que son normales y corrientes, viven en semi esclavitud por la élite plateada.

Encontraréis magia, amor y conspiraciones políticas, y en mi escala personal le he puesto un 3 sobre 5.

Contrato con Dios – Juan Gómez-Jurado

Juan Gómez-Jurado me cae bien. No es que me vaya a tomar cafés con él asiduamente, ojalá, pero me gusta lo que leo de él en su Twitter. Por eso me lancé con Contrato con Dios, una novela de 2010, a cuyo protagonista, Anthony Fowler, ya conocen los fans del autor porque es el cura-espía que protagonizó Espía de Dios. Y yo, como soy así, me leí el segundo antes de leerme el primero, pero es que no hace falta leerlos en orden que son autoconclusivos.

Así pues, en Contrato con Dios, este agente doble de la CIA y la Santa Alianza busca una pieza de un mapa que le puede llevar a conseguir el Arca de la Alianza. En el tesoro no solo está interesada la CIA, sino también un millonario estadounidense que crea una expedición en la que se cuelan agentes de la Mosad, terroristas islámicos e, incluso, una periodista española.

Encontraréis tiros, acción, un poco de roce entre sábanas y muchas conspiraciones. En mi escala personal le he puesto un 4 sobre 5, que me entretuvo mucho.

Yo antes de ti – Jojo Moyes

Bueno, a ver. Podéis perseguirme con una campana y decirme con voz firme y calmada “¡vergüenza!” entre tañido y tañido porque, no, no me he leído este libro. Pero se ha hecho la película este año con la guapísima Emilia Clarke (Daenerys de la Tormenta, La que no arde, Rompedora de Cadenas, Madre de Dragones), que también me cae fantásticamente bien porque nadie que mueva las cejas como lo hace ella puede ser mala persona, así que, ¿por qué no?

El libro va sobre una muchacha que entra al cuidado de un chaval rico y guapo y, también, un poco malandrín, que en un accidente se queda en una silla de ruedas. Tenéis la película en el cine, o la habéis tenido, no lo sé. Desgraciadamente, desde que tengo un bebé en casa, el cine ya no es una opción así que estoy desconectada. Pero ya me entendéis.

Encontraréis amor y muchas lágrimas, y no os puedo decir nada sobre mi escala personal porque no lo he leído. Así que si os lo leéis o alguien ya lo ha hecho, por favor, ponedle una nota por mí y decídmela.

Leer en verano lo que tengo pendiente

Esta es la opción ganadora y, además, la mía. Un 65% de los encuestados intenta ponerse al día en verano. Qué queréis que os diga, me hace sentir un poco mejor ver que no soy la única que es un poco desastre durante el año. No, no os estoy llamando desastres. Bueno, un poco sí, pero es que aceptarlo es el primer paso para cambiarlo, ¿no?

Recomendación

En este caso, os voy a poner mis pendientes de años anteriores, a ver si os descubro algo nuevo. Aunque de nuevos, sinceramente, tienen poco.

Pendiente

Cuentos de Chéjov – Anton Chekhov

Chekhov (o Chéjov) tiene una cita sobre narrativa que repite todo el mundo, la entiendan o no, y viene a decir que, cuando escribes, lo importante no es contar sino mostrar. Es decir: mejor que un narrador cuente que el protagonista tiene los dientes carcomidos y la ropa hecha jirones a que ponga, literalmente, que es pobre. Y en el arte de mostrar, no hay mejor ejecutor que Chéjov. Por eso disfruté tanto sus cuentos, y creo que aprendí bastante de él.

Es difícil definir la temática porque, al ser cuentos, cada uno son de su padre y de su madre, pero básicamente nos muestra la cotidianidad de la Rusia del XIX de ricos, pobres, habitantes rurales y de ciudades. Lo único que es permanente, lo único que aparece en todos sus relatos, es el samovar (para que no os pase como a mi y no lo tengáis que buscar: una tetera rusa) y su capacidad de describir el carácter complejo de un personaje con una sola frase.

Encontraréis tristeza, pasiones, vodka, maravillas y decadencia, y en mi escala personal le he puesto un 5 sobre 5.

El último deseo – Andrzej Sapkowski

Si hay aquí algún friki de Juego de tronos, que sepáis que nuestro querido Andrzej lleva tantos años escribiendo como R. R. Martin y que, además, tiene a sus espaldas una legión de fans capaz de despellejar a cualquiera que critique a su famosísimo Geralt de Rivia.

En este libro, el primero de siete, el autor recoge una serie de cuentos cortos de las aventuras de Geralt, un brujo que se gana la vida combatiendo monstruos que podrían poblar las pesadillas de Stephen King. La dinámica del libro es amena, y la narración rápida y llena de detalles que te llevan al mundo fantástico de Sapkowski en un abrir y cerrar de ojos. Las batallas son una delicia y los personajes no están idealizados, algo bastante común en el género.

Encontraréis monstruos, prostitutas, magia y batallas, pero también humor y personajes muy redondos, muchos de ellos mujeres, cosa que personalmente agradezco. En mi escala personal tiene un 4 sobre 5.

Ubik – Philip K. Dick

Por supuesto, no podía faltar la ciencia ficción en este post. Ya sabéis que es uno de los géneros que más me gustan y con el que tonteo de vez en cuando, y qué mejor lectura que Philip K. Dick.

La única que me quedaba por leer del autor, y que también cayó el verano pasado, es Ubik, una novela escrita en 1969 y ambientada en 1992, cuando el viaje a la luna es algo común, hay telépatas hasta debajo de las piedras y se mantiene a los muertos en estado de semivida para poder contactar con sus conciencias. Joe, el protagonista, viaja a la Luna con su jefe porque tienen un problema de espías telepáticos infiltrados en la empresa. Ahí, ocurre un accidente del que sobrevive junto con el resto de la expedición pero su jefe desaparece. Una vez en la tierra, recibe mensajes en lugares extraños de su jefe y la realidad empieza a tambalearse. Lo único seguro, aquello que es estable, es un producto llamado Ubik y que da una pista a Joe de qué se puede encontrar.

Este libro tiene unas cuentas interpretaciones, pero no voy a ser yo quien os las explique porque creo que es indispensable que os lo leáis. Solo os digo que es una distopía en la que se habla, sobre todo, de la vida después de la muerte.

Encontraréis multiversos, muertos que se comunican y Ubik, mucho Ubik. En mi escala personal le he puesto un 5 sobre 5.

Leer en verano recomendaciones

Curiosamente, este es el apartado menos votado. Me sorprendió porque yo me dejo aconsejar bastante. Es que, si me dejas suelta en una librería, empiezo a ver tomos y tomos y, si no tengo una guía, me empiezo agobiar porque no sé cuál escoger. Así, o salgo habiéndome gastado medio sueldo o sin un solo libro y llorando de pena.

Como ya os he hecho muchas recomendaciones, aproveché que la gente en Twitter es super maja y pregunté qué me recomendaban. Aquí tenéis unos cuantos.

Paula Jarrin nos recomienda Dos amigas, la tetralogía de la Elena Ferrante. Trata la historia de dos mujeres, una contrapuesta a la otra, que empieza en los años 50 del siglo pasado hasta la actualidad. Tiene un marcado aire feminista* y, por las críticas que he leído en Internet, no se corta en detalles bellos y brutales que impactan a sus lectores.

Samarkanda nos recomienda Cosecha Roja de Dashiell Hammet, o cualquiera de este autor. En el caso de Cosecha Roja, encontramos a un detective sin ningún tipo de atractivo físico pero con gran audacia para resolver crímenes. Eso sí, tiene que currárselo pateándose las calles y manchándose las manos. Desde luego, una buena recomendación.

[a] [low@hell #] nos recomienda La isla, de Aldous Huxley. Si sois como yo, os habréis leído su imprescindible Un Mundo feliz, ¿verdad? Pues, según Wikipedia, La isla es su contrapunto. Trata de un periodista que llega a una isla donde el amor por la vida está por encima de todo lo demás. Qué, llama la atención, ¿eh? También nos recomienda cualquier libro de Preston & Child que tenga a Pendergast como protagonista.

Malapata nos recomienda dos libros: Desgracia, de J. M. Coetzee que, según él es deprimente pero es un favorito así que seguro que vale la pena. El protagonista, después de enamorarse y perder de vista a una prostituta al que era asiduo, se lía con una alumna de la universidad en la que da clase. Cuando se destapa el affaire, antes de pedir perdón decide abandonar su puesto e irse a casa de su hija, donde se destruirán todas sus creencias.

Además nos recomienda una colección de relatos fantásticos de Tim Pratt, Hic Sunt dracones (“Aquí hay dragones”, en latín), un título que referencia a los mapas antiguos pero, también, al increíble imaginario de Pratt.

Joan melenchón nos recomienda El bosque de los zorros, de Arto Paasilinna. Me cuesta situar esta novela en algún género, así que os dejo su sinopsis: un gánster debe esconderse en la tundra noruega para protegerse de unos esbirros que van en busca de un botín por el que fueron encarcelados. Ahí se encuentra con un comandante alcoholizado y una nonagenaria que se ha escapado de un asilo. Es una historia de huida e, imagino, también de encuentro.

Y, por último pero no por eso menos importante, CartDestr nos recomienda Teo va de vacaciones. Si es que no me digáis que no es amor. Sin embargo, además de ser un amor es un chico con muy buen gusto, y nos cuenta que le encantó El curioso incidente del perro a medianoche. Esta novela nos presenta a Christopher, un adolescente con Asperger que decide investigar la muerte del perro de su vecina. Este hecho hace que se enfrente a situaciones impensables para él y, así, demostrarse que es capaz de cualquier cosa.

Espero que os acordéis de este post cuando estéis decidiendo qué libro os va a acompañar en vuestras vacaciones. Eso sí, no olvidéis dejar vuestras propias recomendaciones en los comentarios o en nuestro Facebook, que así me ayudáis a hacer el post del verano que viene.

Carla

@CarlaCamposBlog

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Imagen de Davide Ragusa

*Aprovecho para recordar, que el otro día vi que se suele confundir el término, que el feminismo busca la equiparación en derechos y obligaciones de hombres y mujeres, no la supremacía de la mujer sobre el hombre.