A través del Facebook de Gabriella literaria, llegué al artículo de Víctor Selles que habla de cinco errores rarísimos que un escritor jamás debe cometer. En el punto número uno trata de los personajes Mary Sue o Gary Stu.
Sí, sí, yo también puse esa cara.
Y eso que a mi el nombre de Mary Sue me suena de un blog sobre ciencia ficción y fantasía en inglés que sigo desde hace tiempo cuya visita os recomiendo.Pero más allá de eso, fue leer la descripción de una Mary Sue y darme cuenta de que la protagonista de una de mis incipientes novelas tenía un potencial Mary-Suístico que daba miedo. Y vergüenza. Mucha. Como para meterme en un sitio húmedo y oscuro y no salir nunca.
La Mary Sue
Primero, adentrémonos un poco en la historia. En los años 70, Paula Smith publicó en un fanzine una historia en la que la protagonista era Mary Sue, un personaje que parodia los fanfictions de Star Trek, hechos por adolescentes, y que rezumaba irrealidad y perfección hasta por la Enterprise. Y es que todo el mundo sabe que gran parte de los adolescentes, cuando se ponen a escribir, crean un personaje exactamente igual que ellos pero mejor. Ojo, mejor según su punto de vista: sin granos, sin vello, posiblemente sin gallos en la voz.
De ahí, cada vez que una historia tiene un personaje que se nota, hasta para despistados como yo, que es un alter ego chachi guay del escritor, se le llama Gary Stu o Mary Sue, dependiendo de si es hombre o mujer. Molón, ¿eh?
¿Cómo puedo saber que mi personaje es una Mary Sue o un Gary Stu?
Pues mira, si intentas imaginarte tomando algo con tu personaje y resulta que los dos estáis callados, tú mirando apasionadamente cómo se arremolina el café alrededor de tu cucharilla y tu personaje mirándote todo expectación con una sonrisa de animalito de Disney, es un Mary Sue. Pero no solo eso. Según los links que he leído (gracias, Wikipedia), si tu personaje es plano, sin ningún defecto, jovencísimo y tiene un rasgo distintivo (una lengua de gato o la apetencia por la pizza con piña, además de superpoderes que lo hacen admirado por todo el mundo), ahí lo tienes. Un/a Gary Stu/Mary Sue de manual.
Pero, además, puedes pasarle un test en este link para saber cuán pluscuamperfecto (y aburrido y poco creíble) es. Eso sí, está en inglés. Y es largo como una procesión de hormigas. Pero ahora veréis por qué este link es tan interesante.
Mary Sue o Gary Stu en la Ciencia ficción y/o la fantasía
Alguien me dirá: a ver, en un mundo donde hay dragones que escupen cieno ardiente y llueven diamantes, no es tan extraño que mi protagonista tenga un ojo color musgo y otro que parezca un ascua bien aireada (hola, Atenea*). No, no es extraño, y no tiene por qué ser execrable siempre y cuando tenga una razón de ser. Algo más allá del antojo del autor en hacer especial al personaje y que se vea a simple vista.
El problema es que en un mundo donde las leyes de la termodinámica son meros consejos, podemos caer en la tentación de crear ESE personaje. El elegido. The Chosen One. La hostia en patinete, y que se tira pedos que no huelen a coliflor. Algo que no es realista. Y sí, no estaremos escribiendo un texto ambientado en el Madrid de principios de siglo, pero no por eso nuestros personajes deben de ser tan fantasiosos que no tengan ni un ápice de humanidad.
Por eso es tan importante este test. Para descubrir qué elementos fantásticos son oportunos en la historia y cuáles no. Incluso, qué comportamientos son inconcebibles, pero llevados por la magia o el espíritu de la historia, no somos conscientes. Por ejemplo (pregunta 63 del test):
- Si tu personaje comete un error grave, ¿es rápida y fácilmente perdonado sin tener mayores consecuencias? Si es que sí, súmate un punto y contesta:
- ¿Esa equivocación ha resultado en la destrucción de un elemento u objeto importante?
- ¿Esa equivocación ha resultado en el daño o puesta en peligro de personas?
- ¿Esa equivocación ha resultado en la muerte de personas?
Si tu respuesta es que sí a todas, súmate cuatro puntos. Es probable que tengas una Mary Sue entre manos. Y si me contestas que eso no pasa, porque tu personaje no se equivoca nunca, súmate 5 puntos y contéstame a esto:
- ¿Tu personaje ha sido capaz de salvar el día sin ayuda y más a menudo que el resto de personajes? Si es que sí, súmate un punto y contesta:
- ¿Más que todas las veces que lo han hecho el resto de personajes?
- ¿Incluso cuando no hay ninguna razón para que otro personaje no lo consiguiera?
- ¿Con un poder o habilidad desconocida?
- ¿Ha estado a punto de morir en el proceso?
- ¿HA MUERTO durante el proceso? (nada desagradable ni irreversible como acabar hecho pedacitos a nivel subatómico –y si es que sí, yo sumaría tres puntos-: ser enviado a una dimensión de la que es imposible –je- escapar también cuenta)
- ¿Todo el mundo lamenta la muerte de tu personaje?
- ¿Es revivido o ha sido traído de vuelta?
Os he puesto dos ejemplos de distintas temáticas que pueden ser válidos en cualquier novela (excepto lo de la dimensión), para que veáis el nivel de profundidad que tiene este test. Y me estoy pensando pedirle a la página si se lo puedo traducir al español y que lo cuelgue, para que sea de más fácil acceso para todos. Mientras tanto, os recomiendo que lo paséis. Con cada pregunta contestada tendréis una puntuación, y con esta sabréis si vuestro personaje cae en este error. No me digáis que no es interesante. Porque nadie quiere tener un Mary Sue/Gary Stu en su vida. ¿Os imagináis? Posiblemente, una vez te acabaras tu café, tanta perfección insulsa haría que quisieras hacer guacamole con su cabeza.
Si finalmente os animáis a hacer el test, por favor, compartid conmigo los resultados. No me dejéis llorar sola.
Carla Campos
* Sep, Atenea es mi personaje bochornoso.
Imagen de Neill Kumar
Adela, para ser tu primera contribución, ha estado genial. No me puedo imaginar cómo serán los textos siguientes, cuando esté cómoda en este medio.
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