Si te estás planteando escribir, estás en el lugar adecuado. Llevo un par de años tomándome en serio esto de la escritura. Mi interés y mi dedicación han ido aumentando de modo exponencial. Hasta ahora iba paseando cuesta arriba, disfrutando del paisaje, pero de pronto he llegado a una pared y me he puesto a hacer escalada libre hacia la cumbre. Y es que me he dado cuenta de que, si quiero dejar de leer sobre aprender a escribir, lo que tengo que hacer es pasar a la acción, arremangarme, y coger la pluma (o el ordenador).
En mi afán de aprender me he convertido en “blog-adicta”, “Facebook-adicta”, o algo similar. No sé si los términos están inventados, o existen otros que no conozco para llamar a lo que me ocurre. Pero, para calmar el hambre de aprender que hace rugir a mis neuronas, no hago más que pasearme y saltar, como en el juego de la oca de mi infancia, de blog a blog, de página a página, buscando consejos, orientaciones, recetas mágicas que me ayuden a cocinar esa gran NOVELA que todos estamos convencidos de que vamos a escribir algún día.
He encontrado muchas entradas sobre diversos aspectos de este tema, pero aquí os dejo el enlace a uno que me ha parecido práctico e interesante: http://ateneoliterario.es/dudas-de-escritor/ . Porque está muy bien que, antes de invitar a comer a nuestros mejores amigos, demos un vistazo al libro de recetas de Arguiñano. Pero una cosa está clara: si en algún momento no cerramos el libro y nos metemos en la cocina con el delantal y los ingredientes, al final nos quedaremos todos con hambre.
Por eso, he dejado el libro y he venido aquí, a mi cocina particular. ¿Qué os estoy ofreciendo un bocadillo de mortadela? Vale. Lo admito. Pero por algún sitio tenía que empezar. Y como lo mejor es predicar con el ejemplo, y ya os he dejado una receta magistral con ese enlace, espero que, al menos, la degustéis si mi modesto aperitivo os ha abierto el apetito.
¿A qué esperáis? Venga, dejad de leer un ratito, y haced vuestra aportación a la merienda. ¡Escribid, aunque solo sean veinte líneas diarias! ¡Buen provecho!
Adela Castañón
Imagen: Unsplash
Adela, tú siempre tan directa y eficaz. No sabía qué iba a hacer hoy, pero, después de leer tu artículo, lo tengo claro: voy a coger el ordenador y manos a la obra. Algo me saldrá, aunque sea un bocadillo de mortadela. Gracias por estos ánimos, que tanta falta nos hacen para romper el hielo y el miedo al ridículo.
Me gustaLe gusta a 2 personas
Carmen, es genial que estemos juntas en esta cocina literaria. ¡Gracias, amiga!
Me gustaMe gusta
Me muero de hambre Adela!! un bocadillo de mortadela? Pues a mi me ha sabido a un ajoblanco fresquito… espero siguuente plato. Felicidades!! y ,un besazo.
Me gustaLe gusta a 2 personas
¡Gracias, amiga! Cuando quieras compartimos delantal 🙂
Me gustaMe gusta
Raquel ¡estás invitada a todas nuestras sopas de letras! Gracias y un besazo 😙
Me gustaMe gusta
Ay Adela, me han dado ganas de escribir después de leerte. Es un buen momento para arremangarme y desempolvar la pluma 🙂 Esta semana voy por mis veinte líneas diarias 😉
Me gustaLe gusta a 1 persona
Acabo de recordar que tengo la despensa gastroliteraria llena de pelusas.
Claro que yo es que soy más de escribir a la acuarela, pero se me acabó el agua y llevo un tiempo deshidratada.
Se acepta bocata mortadela como género literario.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Como no recopiles esta frase y otras similares, te denuncio a plumilla delante de la tumba de Cervantes (que si lo intento en la de Shakespeare, con mi nivel de inglés, me desestiman la demanda). ¡Gracias por comentar! ¿Te animas a enviarnos algo tuyo para compartir?😊
Me gustaMe gusta