Tres de la mañana. Tus ojos se abren de golpe. Una vez más, las manecillas del reloj están en la misma posición. ¡Qué peculiar es despertarse a la hora del demonio, en el instante en que las almas del purgatorio andan sueltas!
Paralizada en la cama empiezas a respirar cada vez más deprisa. Echas un vistazo por el rabillo del ojo. El reloj de la pared no miente, lo sabes, en cualquier minuto vendrá por ti. Tocas tu pecho buscando liberar la presión, tragas saliva con dificultad y sientes cada latido de tu corazón marcar su llegada. Te envuelves en las frazadas como si fueran una armadura que puede protegerte. Pasas la mano derecha debajo de la almohada y, en una búsqueda a ciegas, acaricias tu salvación. Sueltas un suspiro de alivio. Esta noche estás preparada.
¡Ahí está! El sonido de la puerta cerrándose. Los pasos firmes del demonio se escuchan como un eco por toda la casa, se aproxima. Escuchas su voz en un susurro gimiendo tu nombre. Viene por ti, trae su talego para envolverte y llevarte al infierno.
Te tiemblan las manos, te sudan los pies y la respiración entrecortada te hace sentir mareada. En cualquier momento te vas a desplomar sobre el piso. La tensión se intensifica y aprietas los ojos con fuerza, no quieres ver su llegada. No hay tal salvación debajo de la almohada. Te aferras con más fuerza a las frazadas y en un grito ahogado dejas que se escurran algunas lágrimas por tu rostro. Es entonces, en ese instante en el que todas las emociones están a punto de provocarte un colapso fulminante, cuando sientes una mano deslizándose por tu cintura y aferrándose a tu cuerpo.
–¿Estás bien amor?
En medio de la oscuridad se cruzan con dificultad las miradas y una ráfaga de viento inesperada te seca los labios.
–Está aquí.
Mónica Solano
Imagen de Mystic Art Design
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Excelente.
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Gracias por compartirlo 🙂 Besos.
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Al contrario. 🙂
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¡Magnífico!
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La de veces que me he dicho: qué haré yo despierta a las tres de la mañana… Tu relato refleja muy bien esos miedos intensos, y en pocas palabras consigues una montaña de emociones. Enhorabuena!!
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Me encanta tu reflexión y que hayas identificado esos momento en el relato 🙂 Besos
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Ajajjajajaja Excelente relató!
Muchas veces he tenido esa misma experiencia 3:00 am algunos dicen que es Dios llamándote, pidiéndote oración para entrar en su precensia. Ya hoy por hoy cuando me sucede, solo respondo con un «Habla que tu siervo escucha»
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Fascinante tu respuesta 🙂 Gracias por tus comentarios. Besos.
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