San Isidoro, Etymologías
Me emociona entrar en la historia de las palabras. Saber de dónde vienen, cómo han convivido con sus vecinas y quiénes las llevaron en sus labios. Y si una de ellas es el nombre del pueblo, de la roca, que me vio nacer, comprenderéis que le haya dado muchas vueltas. ¿Cuándo se bautizó?, ¿cuál fue el nombre primitivo?, ¿qué cambios ha sufrido?, ¿por qué lo llamaron El Frago y no La Peña?
El Frago es un topónimo tan antiguo que no tenemos su partida de bautismo. Así que me inventaré una que resulte razonable y escribiré un relato que parezca verdadero.
No voy a ser la primera. Desde hace años, algunos hombres sesudos se vienen acercando a su nombre. Y casi todos lo relacionan con fragosus. Entre ellos están ni más ni menos que don Joan Corominas, autor del Diccionario etimológico de la lengua castellana, y don Wilhelm Meyer Lübke, un alemán muy afamado, considerado el padre de las lenguas románicas.
Como veréis, mi relato sobre Illo Fragum no es del todo original. Me he inspirado en las pistas del filólogo don Vicente García de Diego porque se ajustan bien a fisonomía del pueblo y a la manera de nombrar en la zona. Don Vicente perteneció a la Real Academia Española desde 1926 y en 1932 fue designado para dirigir el Diccionario Histórico de la Lengua Española.
Illo Fragum
Es un sustantivo que podríamos traducir por el peñasco, la peña grande o la roca. Y creo que lo eligieron con acierto. Cuando queremos bautizar a alguien le ponemos un nombre y no un adjetivo. Y procuramos que tenga un aire de familia.
Me parece que fragosus, con el signifcado de fragoso, peñascoso, no le sentaba tan bien. Porque era un adjetivo, ¡y muy culto! Lo utilizaban los poetas y era poco frecuente en la lengua popular. A mí me resulta raro que mis antepasados eligieran un adjetivo poético para nombrar un paraje bárbaro e inculto.
Si a esto le sumamos que fragum era una palabra corriente en toda España y que en los primeros documentos ya aparece como Fragum o Frago, mi propuesta va cobrando fuerza. Y si nos acercamos hasta el pueblo y vemos la roca en la que se asienta, ya no nos cabe ninguna duda.
Fragum. Una palabra latina anterior a las Lenguas Románicas
De esto nos dan cuenta los restos del naufragio del latín clásico. Muchas palabras latinas desaparecieron, pero dejaron señales de su existencia en las nuevas lenguas. Algo del antiguo fragum se quedó en el francés Frai y en el provenzal Frau y Afrau, con el sentido de «rocas y tierras escarpadas». En la vieja Hispania se quedaron Fraga y Frago. Además, fraga, como peña y roca, y frago como “peñasco grande” se conservan en los dialectos de Zamora. (Cfr. García de Diego, Etimologías). Y todas ellas tienen un matiz de rotura y están relacionadas con el verbo frangere, resquebrajar.
Era costumbre dar nombre a los pueblos con palabras corrientes, de un significado claro. Estoy convencida de que fragum era moneda común en la zona.
El artículo
En este caso forma parte del nombre y hay que escribirlo con mayúscula. Es una pista clave que hace pensar que era un nombre descriptivo y que con el tiempo fue perdiendo el significado primitivo.
El artículo resulta natural si va delante de un nombre. Pero, ¿cómo justificamos que vaya delante del adjetivo fragosus? Un poco difícil, ¿no? Bueno, algunos me dirán que se puede hablar de una sustantivación, pero eso resulta muy complicado.
En general, los nombres de lugar con artículo suelen referirse a un significado muy concreto. En este caso a la gran peña sobre la que se asienta el pueblo.
El Frago y El Peñazal
El pueblo y su barrio son dos nombres semejantes y diferentes. Y los dos llevan artículo.
El Peñazal es un antiguo barrio en uno de los extremos de la roca del pueblo. Como había que diferenciarlos bien, al núcleo importante se le puso fragum, y al barrio un nombre derivado de peña.
¿Por qué El Frago y no La Peña?
El Frago y La Peña, en su origen, eran sinónimos. Pero El Frago era menos corriente y, por lo tanto, identificaba mejor. Se debió elegir para no confundirlo con las abundantes peñas de la zona.
En el propio término municipal están: Peñamigalo, Peñasaya, Peñafiguera, Peña Caballera, Peña Cervera, Peña del Cubilar de Ferrero, Peña el Santo Cristo, Peña el Zarrampullo, Peña Esturruzadera, Peña que parió Juana, Peña Gato, Peña os Arroyos, Peña os Cuervos, Peña Paseo, Peña Pozalera, Peña Redonda, Corral d’a Peña, Pozo a Peña, Paco Peña.
Peña era una palabra tan antigua como frago. Derivaba de arcaico penn— , pinn—, y no del posterior, y metafórico, pinna, «almena», como defiende Corominas. ¡Otra vez contra don Joan! Es que el temprano fragum nos lleva a aceptar el origen precéltico de peña, una voz que gustó mucho a los aragoneses. Tanto que hoy aún se habla de peña y no de piedra, y de peñazo en lugar de pedrada.
Entre tantas peñas es natural que el pueblo sea el peñasco por excelencia y que proceda de una palabra que lo distinga.
Para terminar
El Frago es un nombre más antiguo que la documentación histórica que se conserva. Cuando se fundaba un pueblo se solía bautizar con el nombre que ya circulaba por la zona. Y nos resulta muy plausible que este cerro, en realidad gran peñasco, fuera conocido como fragum antes de que se asentara allí la población.
Se non è vero, è ben trovato.
Carmen Romeo Pemán
Me encanta 😍
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¡Gracias, Ana!
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Mi hermosa Carmen. Hace tiempo que no te dejaba un comentario y creo que este maravilloso artículo que nos has compartido es una excelente excusa para retomar la práctica. ¡Me ha encantado! Y amo aprender contigo. Conocer un poco más de tus costumbres, de tu historia, de tus raíces. Cada letra que nos regalas es como si nos llevaras de la mano por las calles de El Frago y pasáramos nuestras manos por sus fachadas cargadas de historias. Gracias por tomarte el tiempo de escribir artículos que, más que informar sobre algo o presentar un punto de vista, nos enriquecen. Besos 🙂
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¡Mónica, gracias por tu comentario! Es más bello que mi artículo. Me has dejado sin palabras. Un abrazo.
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Querida Carmen, ya te lo ha dicho Mónica de modo impecable. Tus escritos sobre El Frago dejan cortas a las dos dimensiones del papel porque adquieren una tercera que hace que nos sintamos dentro de ellos. Precioso, como siempre. Besos.
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Aunque no tan importante como las que citas, en el camino de Valzargas tenemos la Peña que parió Juana» y en la carretera, La Peña de Buchorno, desde dónde cuidaban la viña.
Un saludo
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Pues las incorporaré, que todas son importantes. Muchas gracias.
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